Me despierto muy entusiasmada la siguiente mañana, estaba temprano de lo que normalmente me despierto. Desayuné bastante para tener más energía, además tenía mucha hambre ya que no había comida bien los últimos días. Y contenta voy a ver a Hiroki en el bosque no muy lejos de la aldea.
– veo que te despertaste temprano de lo que sueles despertarte – levanta una ceja sarcástica.
– es lo máximo que puedo levantarme – intento forzar una sonrisa.
– Bueno princesa, empezaremos con algo básico para usted; usaremos el arco.
– ¿por qué no puedo comenzar con la espada?
– Es pesada y aun no es apta para usted, además no quiero verla quejándose de que le cambie de arma… Pero por lo que veo se terminará quejando del entrenamiento – sonríe irónico. Me dio el arco sin decir lo que tenía que hacer.
– Apunte al árbol e intente dispararle
– ¡¿eso todo?! – refundí – ¿no me dirás que tengo que hacer o como tengo que apuntar?
– (suspira) entonces le daré un concejo, apunte con la flecha el árbol y luego jale de la cuerda hasta que la parte trasera de la flecha este al lado de su mejilla, observe bien el punto donde quiere clavar la flecha y luego apunte y dispare – me confundió por completo con sus instrucciones. Lo miro atontada. – de esta manera – me quita el arco de las manos y realiza lo que acabo de decir en sus instrucciones. Tomo el arco, jalo la cuerda, apuntó al punto fijo del árbol y disparó con fuerza y precisión; me sorprendió – ahora te toca – dijo devolviéndome el arco, asentí; realizo lo mismo que hizo Hiroki, pero solo falle, la flecha fue muy débil y ni alcanzó a clavarse en el árbol; Hiroki alza una ceja sarcástica.
Realizo lo mismo una y otra vez, tantos intentos y no acerté a ninguno de ellos; nos quedamos ahí por horas; el solo me miraba muy aburrido esperando a que alguna vida habré clavado la flecha. No me rendí, por más que fallara no podía rendirme, sólo podía pensar en vencer a Satoshi.
– ¿nos quedaremos una vida más? – dijo bromista y cansado. Pero lo ignoro por completo – ven te muestro como se hace – se postra detrás de mí y toma mis dos brazos como marioneta apunta al árbol, pero no disparó; Hiroki se queda de repente inmóvil «¿que habrá pasado? «
– Emm… ¿Hiroki? – pone su rostro en la superficie de mis hombros y al lado de mi cuello, en donde sentí su respiración cerca de la nuca.
-shh… – calló mi voz – no Arruines el momento… No ahora – dijo casi susurrando. Frunzo en ceño confundida » ¿Qué bicho le pico? » estaba algo extraño. Baja el arco hasta caerse al suelo y luego coloca sus manos en mi cintura. Me sonrojo al instante, mi corazón palpitaba tan rápido y tampoco era capaz de dar algún ruido o decir alguna palabra – … No vuelvas a decir… Que tú no eres la mujer que quiero proteger… Si te llegas a sentir sola… Te haré sentir lo más incómoda posible… – dijo tan delicadamente que sentía el rose de su piel causando me escalofríos. Trago saliva nerviosa.
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Laura Swan Novelas 